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Showing posts from March, 2019

La Propiedad Intelectual y las Joyas de la Corona

La diferencia entre la propiedad intelectual y las joyas de la corona (me refiero a la corona del trono del Reino Unido), no es, aunque parezca exagerado, el valor. Cualquiera diría que las joyas de la corona valen más que cualquier propiedad intelectual, pues las joyas de la corona  se pueden estimar invaluable dado su "valor" histórico y sentimental (para un pueblo). Pero, en el mercado de la vida real, la propiedad intelectual de compañías como Google, Apple o Microsoft podrían estimarse a más de lo que pudieran valer las joyas de la corona en un mercado de joyas. Me atrevo a decir que en valor, Google vale más no solamente que las joyas de la corona sino de estas junto con la torre en la que se guardan. Las compañías incipientes, las llamadas start-ups, son tan valiosas como la potencialidad económica, mercantil que guarde su idea inicial, convertida en propiedad intelectual, que a su vez se pueda convertir en productos o servicios que quiera el mercado. Por eso, en t...

Los Peligros del Reclutamiento Apresurado

En otro "glorioso fracaso," un grupo industrial mexicano mandó hacer un estudio sobre los tipos de servicios (outsourcings) que las compañías estadounidenses estaban comprando en el extranjero. Resultó que, por mucho, el servicio más demandado era el de programación en lenguajes ya pasados de moda (cobol, por ejemplo) y mantenimiento de sistemas administrativos programados en esos lenguajes (legacy systems). Se descubrió que el 90% de este tipo de programación y mantenimiento lo hacían compañías de La India, China y varios países europeos, entre ellos y con creciente éxito, Irlanda. "¿Por qué no podemos ofrecer ese tipo de servicios en México?" demandaron los ejecutivos del grupo industrial. Debe de haber mucho talento, dijeron, pues nuestras compañías están funcionando con ese tipo de programas y las escuelas todavía los enseñan. Por lo tanto, se decidió formar una compañía que ofreciera esos servicios. Y, a mí me reclutaron para, a la vez, reclutar los ingenier...

De tchotchkes y trinkets y cosas así

"Tchotchkes" es una palabra yiddish que significa algo de poco valor, una baratija, algo que, como dice la definición del Urban Dictionary si ladrones entraran a tu casa, no se lo llevarían. Es el niño de porcelana que sentado en un tronco tocando la flauta te llamó la atención en la tienda de "Todo por un Dólar." En los negocios, especialmente en los negocios de seminarios, presentaciones de productos, y otras reuniones masivas que hoy en día se concentran en Las Vegas, los tchotchkes hacen presencia en forma de bolígrafos, carpetas, flash keys, tazas de café, vasos térmicos y otros objetos que, con el nombre le la compañía o producto impresos en su costado, pretenden dar a conocer dicha compañía o producto. Le regalan a uno docenas de estas cosas en estos "shows." Y si no tienes cuidado, terminas pagando sobre equipaje en el vuelo de regreso a casa. Cuando Fred le explicó el significado de la palabra al CEO, los ojos de este se le iluminaron como si ...

"Despacio que llevo prisa," dicen que decía Napoleón

La palabra "despacio" estaba proscrita en Silicon Valley. Nadie tenía tiempo para esperar, tomar las cosas con calma, hacer cola, o cualquier otra cosa que implicara perder el tiempo a las desbocadas compañías start-ups, que tenían los días contados, que competían por llegar a un IPO primero, por capturar un gran segmento del mercado antes que las otras, por anunciar "the next big thing," por clamar que estaban re-inventado la Internet, las comunicaciones, el software para aparatos móviles, etc. etc. etc. El cofre de oro al final del arcoíris, lo que todo mundo añoraba, era, definitivamente, el IPO (Initial Public Offering) el primer ofrecimiento de acciones al público. No era raro que las acciones de un start-up se emitieran a $13 o $14 dólares y en un día o dos se elevara el precio a $60 o $70 dólares. Los "overnight millionaires" abundaban, por lo menos en papel. Y el publico en general estaba infectado de la misma locura. Un día, estábamos el CEO y y...