No hay malas decisiones, solamente malos tomadores de decisiones
No sé, estimado lector, si estás familiarizado con los términos "gray hairs" o "gray beards." Se utiliza cuando alguien (un angloparlante, sobretodo) se refiere a una persona con mucha experiencia en algún tema, .
En algunos países como Francia, Inglaterra y aún Estados Unidos, encuentra uno a los "gray hairs" en altos puestos en las empresas o el gobierno, fungiendo como Senior Consultant, VP de Algo, Director de No-se-que-cosa, etc. En esos países la experiencia, antigüedad, conocimientos y temple de carácter cuenta por mucho.
En nuestro país, en el que el promedio de edad de la población anda en 27 años (según el INEGI), los atributos de experiencia, antigüedad, etc, no favorecen al individuo que aún tiene capacidad para trabajar como lo favorece en otros países. Por eso vemos esos ridículos anuncios en periódicos y otros medios donde se solicitan empleados que piden candidatos para "Consultores Senior" o "Auditores Experimentados" o Tal-o-Cual Director "con dos años de experiencia." Y no falta la empresa que solicite "pasantes o recién egresados" con certificación en blah, blah, para consultores o ingenieros de preventa. Risible, realmente.
Menciono todo esto porque aquel encuentro con el conocido mencionado en el posting anterior tuvo consecuencias que aún lamento. Si usted, lector, recuerda la conversación de aquel posting, esta la truncamos cuando el conocido me dijo:
El Conocido: Pero, ¿sabes? Es una especie de buena suerte que nos encontramos.
Yo: ¿Ah, si? ¿Por qué?
El Conocido: Porque el tipo que entrevisté en Atlanta y el que voy a entrevistar en Monterrey no creo que sean lo que andamos buscando.
Yo: (haciendo la pregunta que no debería haber hecho) Pues, ¿qué clase de tipo andas buscado?
El Conocido: (con amplia sonrisa) Un tipo como tú. ¿Quieres otro whisky?
No es una regla, pero, frecuentemente en Silicon Valley, los inversionistas de empresas nuevas, las llamada "start-ups", piden que se incluya, entre el personal de la nueva empresa, un "gray hairs" o "gray beard" con el afán de evitar que el entusiasmo o falta de experiencia de los jóvenes que están empeñados en crear el siguiente "next great thing," como Google o E-Bay, se dejen llevar por el entusiasmo y descuiden las cosas fundamentales de los negocios y las inversiones. También es deseable que el "gray hairs" tenga suficientes conocimientos técnicos para que vigile que el rumbo tecnológico de la empresa, no se desvíe. Y, finalmente, que sea el tipo de persona que, al presentar el producto o servicio que el start-up está creando ante futuros inversionistas o socios, el "gray beard" tenga suficiente conocimiento del tema para convencer y contestar con seguridad y firmeza.
Los "rounds" de inversión en Silicon Valley van más o menos así:
En algunos países como Francia, Inglaterra y aún Estados Unidos, encuentra uno a los "gray hairs" en altos puestos en las empresas o el gobierno, fungiendo como Senior Consultant, VP de Algo, Director de No-se-que-cosa, etc. En esos países la experiencia, antigüedad, conocimientos y temple de carácter cuenta por mucho.
En nuestro país, en el que el promedio de edad de la población anda en 27 años (según el INEGI), los atributos de experiencia, antigüedad, etc, no favorecen al individuo que aún tiene capacidad para trabajar como lo favorece en otros países. Por eso vemos esos ridículos anuncios en periódicos y otros medios donde se solicitan empleados que piden candidatos para "Consultores Senior" o "Auditores Experimentados" o Tal-o-Cual Director "con dos años de experiencia." Y no falta la empresa que solicite "pasantes o recién egresados" con certificación en blah, blah, para consultores o ingenieros de preventa. Risible, realmente.
Menciono todo esto porque aquel encuentro con el conocido mencionado en el posting anterior tuvo consecuencias que aún lamento. Si usted, lector, recuerda la conversación de aquel posting, esta la truncamos cuando el conocido me dijo:
El Conocido: Pero, ¿sabes? Es una especie de buena suerte que nos encontramos.
Yo: ¿Ah, si? ¿Por qué?
El Conocido: Porque el tipo que entrevisté en Atlanta y el que voy a entrevistar en Monterrey no creo que sean lo que andamos buscando.
Yo: (haciendo la pregunta que no debería haber hecho) Pues, ¿qué clase de tipo andas buscado?
El Conocido: (con amplia sonrisa) Un tipo como tú. ¿Quieres otro whisky?
No es una regla, pero, frecuentemente en Silicon Valley, los inversionistas de empresas nuevas, las llamada "start-ups", piden que se incluya, entre el personal de la nueva empresa, un "gray hairs" o "gray beard" con el afán de evitar que el entusiasmo o falta de experiencia de los jóvenes que están empeñados en crear el siguiente "next great thing," como Google o E-Bay, se dejen llevar por el entusiasmo y descuiden las cosas fundamentales de los negocios y las inversiones. También es deseable que el "gray hairs" tenga suficientes conocimientos técnicos para que vigile que el rumbo tecnológico de la empresa, no se desvíe. Y, finalmente, que sea el tipo de persona que, al presentar el producto o servicio que el start-up está creando ante futuros inversionistas o socios, el "gray beard" tenga suficiente conocimiento del tema para convencer y contestar con seguridad y firmeza.
Los "rounds" de inversión en Silicon Valley van más o menos así:
- Round inicial: suficiente dinero para contratar personal clave, obtener infraestructura (computadoras, telefonía, renta de local, etc.) y plantear el desarrollo de producto o servicio.
- Round mezzanine: segundos inversionistas que dan suficiente dinero para contratar más gente especialistas en desarrollo del producto y servicio, gente de marketing, etc.
- Round pre IPO (oferta inicial al público): terceros inversionistas que dan suficiente dinero y tienen suficientes contactos para que el producto o servicio entre en la fase de "producción" y se asegure que haya suficiente entusiasmo en el mercado por el producto o servicio para garantizar el éxito cuando la compañía se lance al mercado y se ofrezcan sus acciones al público inversionista.
¿Qué es el rol del gray hairs o gray beard en esto? Mantener el timón de la frágil nave en curso y evitar que se estrelle en las rocas, de las que existen muchas para cualquier start-up.
En aquel vuelo de Atlanta a Monterrey, el conocido me dijo que estaban pensando invertir en una empresa que seguramente tendría éxito. El puro nombre de la empresa costaría el 10% de la inversión inicial, es decir $300,000 dólares. La razón que el nombre era tan caro es que era una palabra muy conocida que evocaría recordar a la futura empresa en todo público. ¿Qué nombre era ese? PRINT.COM
WOW, dije yo. ¿Cómo lograron registrar ese nombre? Se supone que es ilegal registrar palabras de uso común como nombre de dominio. Es que, me dijo mi conocido, ese nombre se registró antes de que la ley que lo prohibe entrara en efecto.
Continuó el conocido: "El inversionista de primer round es Fulano de Tal (me dio el nombre de una persona muy conocida en Silicon Valley y quien había hecho mucho dinero en sus inversiones tecnológicas)." Además, continuó el conocido, Fulano consiguió que cinco de los genios de la impresión quienes trabajaban en HP (la conocida empresa de las impresoras y computadoras), renunciaran para iniciar la empresa Print.com. Lo único que nos pide para dejar que mis inversionistas europeos puedan invertir en la empresa, es que busquemos y contratemos un "gray hairs" que vigile que esto vaya bien. Yo creo, concluyó, ¡que esa persona puedes ser tú!
En el próximo posting describo lo que sucedió al llegar yo a Monterrey.
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